Decant perfume Acoran – Canalanza Perfumes (5ml)

La Leyenda de Acoran

CANALANZA PARFUM

Natural Parfum Line elaborado en las tierras volcánicas de Lanzarote

Hace unos 8.000 años nació Acoran, hijo legítimo del rey y la reina de Gáldar, perteneciente a Tamarán. Todo el pueblo esperaba con impaciencia la llegada del nuevo príncipe. Mi madre, cansada por el esfuerzo, me dejó en brazos de mi padre, esos brazos peludos y cálidos, mi padre no dejaba de mirarme, y decía: Te quiero, hijo mío.

A los pocos días de nacer, mi madre murió de una enfermedad muy grave, mi padre decidió hacerle un funeral en el Roque Nublo, un lugar sagrado para nosotros. Casi todo el Reino vino a despedirse. Cuando tenía 7 años, me di cuenta de que cada vez que iba a clase con mi padre, veía que mis compañeros iban acompañados de sus madres. Una noche decidí preguntar a mi padre: ¿Dónde está mamá? Y él me contestó que se había ido a un lugar mejor, y por eso, cada vez que un compañero me preguntaba dónde estaba mi madre, yo les respondía “en un lugar mejor”.

Cuando llegué a la mayoría de edad, mi padre me dijo que tendría que encontrar una mujer para que fuera mi esposa. No tuve mucha suerte, pero un día, caminando por el bosque, vi a una chica alta y de pelo rubio… la hija de un simple granjero. Embelesado por su belleza, me acerqué a ella, le pregunté cómo se llamaba y me contestó Guacimara.

Tuvimos una relación secreta durante años porque un noble no puede casarse con una plebeya. He decidido contarle a mi padre mi relación secreta con
Guacimara, por supuesto, no está de acuerdo conmigo. Enfadado con él, me encerré en mi habitación durante cuatro horas. Entonces decidí salir a ver a Guacimara, y vi que mi padre estaba tirado en el suelo, llamé al médico del pueblo y me dijo que mi padre había muerto de un infarto.

5 días después me proclamaron rey y al mes siguiente me casé con Guacimara.

Durante una noche, empecé a oír gritos, salí de mi casa y vi que venía gente con antorchas y armas, decidí huir con mi mujer. Corrimos hacia el Roque Nublo y desgraciadamente, al llegar a la cima, mi mujer resbaló, pero conseguí cogerla. Guacimara!!!, grité. Cerré los ojos un momento y cuando los abrí ella ya no estaba. Seguí caminando hacia la cima llorando por la pérdida de mi amada. Me pongo de rodillas mirando al cielo, y pienso que todo esto ha sido un castigo del malvado dios Guayota, empiezo a gritar: ¡Por qué yo, por qué!

Y cuando empieza a salir el sol, me tiro por el barranco. Al caer, mi piel comienza a brillar, cierro los ojos preparado para el impacto… y cuando los abro… ¡Estoy de nuevo en la cima!

Oigo que alguien me llama: “Acoran, Acoran….”. Me doy la vuelta y veo a mis padres, me dicen que no lo haga, porque seré el gran Dios de Tamarán, que a partir de ahora se llamará Gran Canaria. Por fin me doy cuenta de que todo esto ha ocurrido para mi bien, y ahora soy el DIOS ACORAN.